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Juan Piquer y Librado Pastor se citan en los años 80 (4 de 4)

En los tres capítulos anteriores se ha tratado la etapa «años ochenta» en la que trabajaron juntos Librado Pastor y Juan Piquer. Esa década fue muy especial para las salas de cine españolas, era la traca final del cine patrio del destape, terror y ciencia ficción que venía de los años 60/70. Llegó un momento en que todos esos géneros se mezclaban de la forma más encarnizada posible, hasta que las leyes dijeron: ¡Basta ya!

 

Durante esa apoteósica época, Librado puso música a las siguientes películas de Piquer: «Mil gritos tiene la noche» (1982), «Los nuevos extraterrestres» (1983) y «Guerra sucia» (1984). Pero antes de esas producciones: ¿Cómo se conocieron? ¿Qué hicieron antes?

Retrocedamos a finales de los años 70

Juan Piquer tenía un estudio de varias plantas al principio de la calle Pradillo de Madrid, cerca de donde estaba el diario El Mundo. En la parte de abajo tenía una nave donde organizaba los decorados para grabar spots publicitarios y algunas escenas de sus películas, en una de las salas tenía un sencillo teclado electrónico. Juan Piquer decidió aprender a tocarlo y para tal menester contactó con el profesor de música Librado Pastor Martínez (Buñol, Valencia, 1944). Pianista de formación clásica que acabó sus estudios musicales en el conservatorio de Dijon (Francia), fue galardonado con el primer premio en el recital de fin de carrera (1964). También fue un importante miembro del conocido grupo de pop español «Los Roberts».

 

Después de unas infructuosas clases de teclado, Piquer aprovechó la relación con Librado para proponerle escribir música para uno de sus anuncios. Librado, aun sin experiencia en ese terreno, aceptó. El primer trabajo fue un gran éxito, anunciaba un producto de la marca Flor que aún muchos de nosotros recordamos:

 

—Sienta sobre su piel la suave fragancia, suave caricia de Flor—

 

Así que continuaron colaborando juntos para importantes marcas como El Almendro, Coral, Continente (ahora Carrefour) y muchas más.

 

Al cabo de un tiempo Piquer le planteó un trabajo de más envergadura: la creación de la banda sonora para una película en la que estaba trabajando como productor, director artístico e incluso en la dirección, junto con el director Carlos Puerto.

Escalofrío (1978)

La producción estaba enfocada en la temática «satánica», muy de moda por entonces gracias a la película «La semilla del diablo» (1968). Piquer añadió a su película altas dosis de erotismo, por lo que tuvo el honor de ser la primera producción española con la clasificación S:

 

Películas eróticas de pornografía blanda o softcore, así como con escenas de violencia muy explícita. (Wikipedia)

 

El film empieza con un pequeño discurso por parte del psiquiatra Fernando Jiménez del Oso (1941-2005), muy conocido en aquella época gracias al mítico programa televisivo Más Allá.

 

Nos habla sobre el mal y el bien como dos fuerzas inevitables, y la presencia del satanismo en la actualidad. Estas palabras dan un toque documentalista a la película, lo que sirve como excusa a no escandalizarse por la gran cantidad de escenas sexuales que vamos a ver ¡Es todo provocado por Satán!

 

Después de la presentación de Fernando presenciamos un ritual satánico, nos sirve de aperitivo para lo que nos viene. Seguidamente se nos presentará al matrimonio protagonista: Ana (Mariana Karr) y Andrés (José María Guillén). A partir de aquí se desarrollará una historia muy perturbadora, llena de intriga y escenas muy inquietantes. Toda esa atmósfera está potenciada gracias a una gran banda sonora, el primer trabajo cinematográfico del compositor Librado Pastor.

La música de Librado Pastor para la película «Escalofrío»

Para la grabación, Librado se rodeó de un gran equipo de músicos: Pepe Sánchez (batería), Eduardo Gracia Soria (bajo) y Rafa López (guitarra); el conocido director de orquesta Luis Cobos a las cuerdas (sintéticas); la cantante, amiga de Librado, Argel (la misma voz que la del anuncio de Flor); y un percusionista, que se encargó del inquietante sonido siniestro de timbal que aparece en muchas de las escenas.

 

Las grabaciones se efectuaron en los estudios Musigrama de Madrid, con el técnico de sonido Joaquín Cobos (socio de Pepe Loeches). Se grabaron cerca de 45 minutos de música.

 

Una vez tomados los tiempos del metraje Librado empezó a preparar las músicas en su casa. Para ganar tiempo, grababa las ideas que se le ocurrían con el piano, posteriormente se las mostraba a Piquer en su estudio. El primer día que quedaron ocurrió una anécdota que está explicada en el siguiente capítulo. Una vez aprobados los temas, Librado desarrollaba las orquestaciones para ser interpretadas y grabadas por los músicos.

Listado de temas

Justo después del discurso de Fernando Jiménez del Oso presenciamos un ritual satánico. Librado, para esta escena, creó una obra para órgano y percusiones de carácter atonal. La música, de gran fuerza expresiva, es vital para introducirnos en la atmósfera opresiva y siniestra que quieren transmitir las imágenes.

Seguidamente pasamos a los créditos iniciales, en ellos podemos escuchar un impactante tema para piano, órgano y timbales. Este tema también sonará en la última escena de la película, en la que el mismo Juan Piquer, maquillado, hace una pequeña aparición sonriendo mirando a la cámara.

 

Daremos el detalle de que el órgano que escuchamos es un Hammond, instrumento perteneciente a los estudios Musigrama. Dada la calidad de este tema, Piquer no dudó en volverlo a utilizar en su película Mil gritos tiene la noche.

Después de los créditos iniciales hace acto de presencia la pareja protagonista, Ana y Andrés, conversando en su piso. Deciden hacer un paseo y los veremos en diferentes localizaciones pasando la tarde por la ciudad como dos enamorados.

 

En esta escena no hay diálogos, por lo que podemos disfrutar plenamente del precioso tema que escribió Librado para la ocasión, se trata de una pieza jazzística en compás 5/4. La melodía principal está interpretada por el teclado acompañada por toda la banda de músicos, en algunas secciones también escucharemos la bella voz afrancesada de la cantante Argel. Los músicos de grabación estaban encantados con este tema. En los créditos finales volveremos ha escuchar esta obra.

Durante la película veremos muchas escenas eróticas. Este tema pertenece a una de esas escenas, en este caso vemos a Ana y Andrés en la bañera amándose. Podemos apreciar, a modo de leitmotiv, motivos melódicos pertenecientes al tema 5/4 Ana y Andrés.

Tampoco faltan las habituales escenas nocturnas en las que Ana pasea sigilosamente por la siniestra casa donde están hospedados.

En una de las escenas de más clímax y erotismo del metraje, Ana y Andrés acabarán participando en un ritual satánico, en él se invoca al príncipe de las tinieblas. Las percusiones son las protagonistas del tema, al final de la pieza, coincidiendo con el ritual de sangre, toma protagonismo el órgano para finalizar la escena.

Otro tipo de escena habitual en este género son las pesadillas, en ellas los guionistas pueden dar rienda suelta a su imaginación. En esta ocasión la música es tan onírica como siniestra, perfecta para las imágenes que estamos viendo.

Como se ha comentado antes, al final de la película volveremos a escuchar el tema utilizado en los créditos iniciales, tema perfecto dado el impactante final. Seguidamente veremos una corta escena para cerrar la película y los créditos finales, acompañados con la pieza 5/4 Ana y Andrés que también habíamos escuchado al principio de la película. Una buena forma de cerrar el film, rememorando dos buenos temas de las primeras escenas.

Adagio by Libra

Para finalizar la reseña musical hablaremos sobre uno de los temas de la banda sonora que más desapercibidos pasan durante el metraje, aún habiendo participado el ahora famoso director de orquesta Luis Cobos. Se trata de un Adagio que escribió Librado al estilo Bach, él lo registró como «Adagio by Libra».

 

El Adagio lo escucharemos en el transcurso de una escena en la cual las dos parejas protagonistas van conversando. Bruno (Ángel Aranda) le dice a su mujer, Berta (Sandra Alberti): —Por favor, pon algo de música—. En ese momento, muy de fondo y camuflado por los diálogos, escucharemos unos segundos del tema. La obra empieza con una introducción de órgano y seguidamente empieza a sonar la sección de cuerdas. Ahí reside el trabajo de Luis Cobos.

 

Por falta de presupuesto no se pudo contratar a un conjunto de cuerdas, se buscó una opción más barata: Luis Cobos. Por aquella época, años 70, uno de los trabajos que realizaba Cobos era grabar secciones de cuerda con un sintetizador que adquirió en Inglaterra. Actividad muy criticada por los músicos de cuerda ya que les quitaba trabajo.

 

Se grabaron los contrabajos y chelos, en teoría los tenía que tocar el mismo Cobos, pero como no le acababa de salir bien los pasajes los tuvo que interpretar el mismo Librado. Ya de paso, también aprovechó el sintetizador para incluir algunos motivos de clavecín.

 

El tema original se puede dar por perdido, cuando Librado pedía a Juan Piquer grabaciones de la música que había grabado él le decía:

 

—¡Para qué quieres eso!—

 

Por suerte, Librado nos ha regalado una interpretación de esa obra tocada al piano, ¡más de 40 años después de su creación!

Acontecimientos «paranormales» durante la producción de «Escalofrío»

Un tema que no se comenta cuando se habla sobre esta película es la serie de fenómenos extraños (sustos o casualidades sorprendentes) que se produjeron durante la producción. Esta fenomenología ya ha sido reportada en otras películas de género similar: La semilla del diablo (1968), El Exorcista (1973), La Profecía (1976), etc. La información se la debemos a Librado Pastor.

 

El primer día que Juan Piquer presentó a Librado Pastor al equipo de producción estos le dijeron:

 

— ¡Qué no te pase nada!—

 

Librado asustado les preguntó:

 

—¡¿Qué pasa?!—

— Todos los que estamos aquí… nos han pasado cosas raras.—

 

Ellos le explicaron varias experiencias al respecto:

  • En producción había un matrimonio que eran montadores. A ella, dos veces en la cocina, se le abrieron las puertas en donde estaban los platos y estos cayeron al suelo.
  • Uno de los protagonistas de la película, Ángel Aranda, tenía en su piso una gran copa de cierto valor. Por la noche oyó un ruido raro, se levantó, y cuando fue al salón se encontró la copa totalmente agrietada.
  • Durante el rodaje, en una de las escenas localizada en la buhardilla de la casa, Juan Piquer estaba preparando psicológicamente al equipo diciéndoles:

—Hay silencio, hay que sentirlo en la grabación, ellos (los actores) ven unas fotos… y recuerdan…

 

En ese momento se escucha un gran estruendo: parte del techo se ha derrumbado. Inmediatamente varias personas del equipo bajan apresuradamente las escaleras, muy nerviosas y asustadas. La causa fue por un técnico, que estaba trabajando en el tejado y se le hundió.

 

 

Librado tampoco se salvó de sufrir algunos infortunios durante la producción:

 

Librado acababa de estrenar coche, un flamante SIMCA 1200 TI. Ya se había puesto a trabajar con la banda sonora, había grabado con el piano unas ideas en su casa y se las quería mostrar a Juan. Lo llamó para quedar:

 

—Juan, ya tengo un bloque preparado, quedamos—

 

Librado subió al coche y se dispuso a encenderlo… pero no, no hubo forma de arrancarlo. Un coche recién comprado, y justo el día que tiene que mostrar los primeros bocetos de la banda sonora se le estropea el coche. Lo tuvo que llevar al técnico, y efectivamente, el sistema de encendido se había estropeado.

 

Librado durante la producción aún tuvo otro percance con el coche (ya arreglado), esto ocurrió justamente el último día que quedó con Juan:

 

Nuevamente sube al coche, y antes de arrancar una persona le hacen señales para que se fije en las ruedas del coche: neumático reventado. Librado, después de los recientes acontecimientos ocurridos durante la producción, decide que es mejor quedarse en casa: ¡No salgo!, le dice a su mujer que quería pasear con él. Ya habían pasado demasiadas cosas últimamente.

 

Por mi parte añadiré otra anécdota:

 

Para preparar estos artículos, Librado y yo nos hemos comunicado numerosas veces por teléfono. Siempre todo fue perfecto, hasta justo (matemáticamente) cuando empezó a explicarme estos casos extraños. Mientras me explicaba lo sucedido en la primera reunión con Juan sucedió lo siguiente:

 

—Tenía un coche nuevo, la primera vez que llamo a Juan por teléfono: Juan ya tengo el bloque…

 

En ese instante fue bajando el sonido hasta desaparecer la voz de Librado. Él, en su casa, seguía la narración de los hechos sin yo escucharle. Al cabo de un rato volvió su voz (pero yo ya me había perdido toda la historia) continuando explicando otras cosas. Más tarde, para recuperar la información, le comenté:

 

—Librado, ¿me podrías recordar… eso que te pasó la primera vez que llamaste a Juan?—

—¡Pero si ya te lo expliqué!—

 

Él, pacientemente, me volvió ha narrar el incidente, esta vez con un sonido nítido.

 

Añadiré una última cosa más que me acaba de ocurrir:

 

Tarde del 18 de agosto del 2022. Después de una ola de calor de varios días el cielo está muy negro, está lloviendo insistentemente. Estoy en el estudio de grabación, muy concentrado, editando la música de Escalofrío. Eso mismo, yo sentí, al oír un terrible latigazo a mis espaldas, dándome un terrible susto. Era una cuerda de mi guitarra que acababa de romperse estruendosamente. Eso a veces ocurre, muy pocas veces, pero claro, en esta ocasión justo cuando estoy concentrado tratando con la temática satánica.

 

Despedida

Aún todo lo sucedido, Librado disfrutó mucho de la experiencia de hacer música para cine, y siguió trabajando con Juan Piquer. Se citarían pocos años después, en 1982, para la película Mil gritos tiene la noche.

Fuentes y agradecimientos

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